¿Qué estas dispuesta a perder?
Las guerras se inician para ganar algo. Eso es evidente. Lo que nunca nos planteamos es…lo que estamos dispuestos a perder en el proceso.
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Unos minutos antes…
El disparo a las fauces que la saludaban desde arriba había sido un gran plan, Jinx se felicitaba por ello, si pudiera se estrecharía la mano así misma en señal de congratulación. Le había dado el segundo exacto que necesitaba para salir de un salto del contenedor y poder reanudar su carrera. Un plan sin fallas, ni fisuras…salvo por el detalle de que el rabioso perro había logrado dar un zarpazo al aire y le había hincado las garras en el brazo y la pierna, ahora Jinx iba dejando un precioso reguero de sangre que hasta un niño ciego podría seguir.
Salvo por ese pequeño detalle, todo estaba saliendo como la seda.
–Ahora que os necesito estáis más callados que nunca, estúpidos inoperantes…
–Yo no digo nada que Vi me pega, pero si no fuera por eso te diría que como siempre, la pifias, ¡corre, a la derecha ahora!- le dice la voz de Mylo con su habitual tono socarrón pero había tenido una buena idea, ya que torció por donde le indicaba y se adentró en un callejón estrecho con múltiples cañerías de sistemas de refrigeración. Al pasar por al lado de una de ellas, la del pelo celeste le disparó haciendo que el vapor brotara con fuerza suficiente para abrasar el pelo del perro apestoso. Tal vez eso le retrasaría unos dos segundos.
–Bien hecho Mylo, pero no, no puedes hablarle así a Powder. – calmada Vi trae paz a su cabeza embotada por las voces que se lanzaban a discutir entre ellas.
-¡No se llama Powder malditos críos!- replica Silco con un bramido furioso que hace temblar el interior de la muchacha- Se llama JINX.
-Lo que tú digas, pero nosotros estábamos aquí antes, haz hueco, delgaducho- como siempre, Claggor tenía el comentario perfecto y lograba sacarle una risita a la peliceleste.
-Esto está un poco mejor, al menos veo que estan intentando ponerse de acuerdo ¿ahora podemos por favor tratar de salvarnos a todos o sigo corriendo hasta que llegue a Shurima?
–Vale Jinx, piensa, si confundirlo con olores más fuertes no ha funcionado, nada lo hará, tienes que pensar otra cosa.– recomienda Silco en tono grave.
–Qué gran ayuda eres…– bufa Vi.
–Oye Vi a lo mejor tiene razón…– comenta Claggor, pensativo- Powder tiene que ir a un sitio que apeste tanto a ella que ese bicho no pueda encontrarla
–Ah claro y una vez allí PUM– apunta Mylo con un ruido de aprobación.
–Justo esto intentaba decir, ¿porqué nunca escucháis a los mayores?- se lamenta Silco suspirando.
–¡CALLATE!- espetan Vi, Mylo y Claggor a la vez.
-¿Un poco más de aclaración y un poco menos de ruido es posible?- pregunta Jinx al tiempo que volvía a salir a las calles principales, sintiendo casi la respiración del lobo en su nuca, lanza unos cepos explosivos a su espalda y oye un gruñido dolorido, señal de que ha dado en el blanco- ¡Genial, otros dos segundos para el equipo azul!
–La última gota– dice Vi de repente interrumpiendo la celebración de Jinx- Nunca has abandonado del todo ese sitio, debes ir allí, todo huele a ti, será incapaz de encontrarte.
-Y entonces PUM-claman Mylo y Claggor a la vez de nuevo, casi se oye el chocar de sus manos entre ellos.
-PUM-responde la chica con una risotada que se pierde en los callejones y empieza a zigzaguear a toda velocidad, sabiendo a dónde se dirigía, pronto se encuentra en la plaza frente al local y echa a correr en dirección al mismo, pero cuando está cerca de la cristalera ve detrás de ella que su peludo amigo se refleja en el vidrio y está saltando sobre ella con una expresion nada amigable.
–AHORA AGÁCHATE COMO TE ENSEÑÉ- ordena la voz de Vi en su cabeza y Jinx se lanza al suelo rodando como una piedra hasta dar con sus huesos en la acera bajo el ventanal de la taberna. Igual que si fuera un matón del callejón, el lobo descomunal falla en su salto y en lugar de agarrar a Jinx, atraviesa el ventanal con un estrépito ensordecedor.
-Jeje…PUM.- rie la muchacha al comprobar que se había librado por poco y sacudiéndose los cristales de encima, se incorpora para cruzar el umbral de la destruida ventana…aunque no se esperaba para nada ver lo que allí dentro sucedía.
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-¿Es seguro?- pregunta Sevika, asomada al balcón de la casa del barón con aire circunspecto, el mismo que había tenido desde que la criatura Warwick había sido liberada en las calles de Zaun.
-¿Seguro para quién, exactamente?- responde con otra pregunta el científico que se hallaba recogiendo y observando muestras suspendidas en sus frascos de color verde.
-Para la gente de Zaun, no te hagas el loco.-le reprende la matona apretando los dientes y girándose hacia el tipo con cara de pocos amigos.
-Ah…así que de verdad te importan. Que interesante.- parece genuinamente sorprendido, manipulando vidrios sin volverse hacia la mujer, tan sólo parecía ocupado en reorganizar y ordenar sus asuntos.
Como respuesta, Sevika bufa y se aproxima a la mesa de trabajo del doctor, dando un manotazo sobre ésta con su brazo mecánico rearmado que hace temblar todos los cristales con un repiqueteo peligroso.
-Basta de juegos, Singed. ¿Qué es esa cosa? Sólo dime si es fiable o no.- demanda, a punto de perder la paciencia.
El científico, lejos de intimidarse, parece molesto con las maneras de Sevika, alza una ceja para mirarla de reojo y luego vuelve a bajar la vista con gesto despreocupado.
-Se llama Warwick, es mi segunda mejor creación hasta la fecha…
-¿Segunda…?-le interrumpe Sevika, cruzándose de brazos.
Singed ignora su pregunta y sigue hablando.
-Lo encontré moribundo y comprobé que su forma física y su resistencia al shimmer habían creado a un espécimen de altas capacidades. Una mutación única que había permanecido con vida donde otros…-su mirada se dirige al brazo de Sevika por un momento como si recordase un acontecimiento e hilase algunos cabos sueltos.
La mirada de Sevika sigue a la del científico y ambas van a parar al mismo sitio, lo cual hace que la matona de un paso atrás, notando como una pequeña luz de comprensión se hacía en su cerebro.
-Un segundo…¿eso…eso era…él?-pregunta con un tartamudeo incrédulo, el cual Singed tan sólo contesta con una sonrisa.
-La mutación debe…sobrevivir.
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La saliva de la criatura goteaba en el suelo y avanzaba lentamente sobre sus cuatro patas como un cánido hacia una petrificada Vi que ahora, en lugar de pelear contra sus ataduras, estaba totalmente recostada sobre el respaldo de su silla, intentando crear una distancia imposible entre ese ser y ella misma…pero más allá de eso, Vi intentaba poner distancia entre lo que su mente racional le gritaba y lo que sus ojos veían…una similitud, no, una sensación de familiaridad que la aterraba y esperanzaba a partes iguales.
-No…no…puedes…
-¡EH! ¡Monstruo mutante!-clama Ambessa Medarda levantándose cuan alta era entre los trozos de madera con su espada bien agarrada. Los pocos soldados noxianos que habían venido con ella empezaron a formar alrededor de su líder- No te vas a librar de mi tan fácilmente.- asegura y se limpia la sangre de la comisura del labio.
El lobo gigante se vuelve contra aquella que ha interrumpido su acecho y le gruñe en señal de advertencia, pero la Medarda no se acobarda y se lanza sobre la criatura, a lo que ésta responde haciendo lo propio y ambos contrincantes se enzarzaron en una dura pelea con los soldados noxianos tratando de apoyar a la general.
Entretanto, Jinx, inmutable al caos que se había desatado alrededor, camina pesadamente hacia la barra y se deja caer en uno de los altos taburetes, contemplando la estampa que se desarrollaba con poco interés en verdad, como si estuviera viendo algo bastante aburrido.
-¿Dónde está Chuck? Ese vago se está escaqueando de nuevo para no servirme mi refresco…ains…tendré que hacerlo yo todo como sieeeempre.- se queja mientras alarga la mano por encima de la barra y atientas parece buscar algo bajo la misma-Ah, esto servirá.- de repente aparece un brillo metálico y un cuchillo de grandes dimensiones vuela por unos metros hasta clavarse en la silla de Vi…justo en las ataduras que retenían su brazo derecho.
La pelirrosa se queda de piedra ante el «ataque» de su hermana, pero no tiene tiempo de darle muchas vueltas, y tampoco sabía si merecía la pena. Rápidamente termina de desatarse y se abalanza sobre la malherida Caitlyn, prácticamente inconsciente, sitúa sus manos en las mejillas de ésta con el cuidado que pondría al tocar una pieza del más frágil cristal y sus ojos se llenan de lágrimas de impotencia.
-Lo…lo siento mucho Cait…esto…esto no tendría que haber pasado…todo es…
-Sí, sí, sí, ya lo sabemos, todo es por tu culpa y blabla bla que mal te sientes hermanita…-interrumpe de pronto la irritante voz de Jinx entre carcajadas siniestras, por encima del ruido de la batalla que los noxianos mantenían con el lobo de gigantescas proporciones.-Llevas toda tu vida lamentándote y causando problemas a los demás ¿verdad? A ver si es a ti a la que habría que llamar Jinx…-añade pensativa- ¿Qué tal si haces por una vez algo diferente? Así, por probar algo nuevo, igual te resulta…¡explosivo!-y vuelve a reírse desquiciada y frenética, como si hubiera contado el mejor de sus chistes, toma un dispositivo con forma de boca metálica y lo arroja sobre el bulto de la pelea que mantienen en otra zona del bar, el artefacto explota y provoca una detonación de fuego y metralla que sacude a todos los contendientes por igual.
Vi gira la cara hacia su hermana, le resultaba tremendamente doloroso verla así, destruida por el shimmer, tan poco humana…tan diferente. Y sin embargo ahí estaba, la que había disparado contra el consejo, la que había arruinado la vida de decenas de personas…¿dándole consejos de moral?
-¿Y qué puedo hacer maldita sea? -brama con los ojos empañados en lágrimas, procediendo a desatar con cuidado las cuerdas de la silla de Caitlyn, sin saber qué hacer con sus graves heridas.-Yo…yo…
-¡ALGO! ¡Lo que sea! Aunque parezca una locura.- responde la del pelo celeste que ya ha encontrado su vaso de refresco y lo toma con una pajita. Entonces eleva la pajita y en el final de esta…se ve una gema hextech, su brillo es inconfundible y atrae la mirada de Vi de golpe. La esfera cae con un chapoteo de nuevo al líquido y choca con el fondo del vidrio.
-Powder…dame eso.- la pelirrosa comienza a levantarse despacio con un fuego ardiendo en su mirada.
-¡Ah! ¡Ahora empiezas a divertirme, hermanita! ¡Vamos! -la reta con una risita mientra Vi se acerca y lanza un directo que no tiene por objetivo golpear a Jinx pero sí arrebatarle el vaso, algo que habría sido un juego de niños contra cualquier persona, no lo fue contra esta mejorada Powder gracias al shimmer, quien de repente estaba sentada en el siguiente taburete de la derecha, aún con su vaso en la mano.- ¡Me estás aburriendo!-y por cómo lo dice suena a amenaza.
Vi aprieta los dientes al fallar la primera vez y vuelve a abalanzarse sobre su objetivo, no le quedará más remedio que golpearla, y no quiere, de verdad que no, pero tiene que hacerse con esas gemas, sólo así podrá volver a Piltover para que atiendan a Caitlyn en el hospital. Apunta con su puño directamente a la cara de Jinx y esta vez casi le roza el cabello, pero la delgada es increíblemente rápida y la esquiva de nuevo, saliéndose momentáneamente de su zona de visión.
-¿Puedes intentarlo un poco más fuerte? Jajajaja…-suena la risotada de Jinx justo detrás de Vi y ésta se gira para pillarla, ahora sí, llega a golpearla con una patada en el estómago que lanza a la del pelo celeste unos metros hacia atrás.
-No más juegos Powder.-advierte Vi, jadeando por el esfuerzo, alzando los brazos en posición de guardia.
Mientras tanto, el lobo mutante había acabado ya con la vida de todos los soldados noxianos y sólo se enfrentaba ya a una Ambessa Medarda al borde de sus fuerzas, la cual alza su espada con las últimas fuerzas que le quedan y mira fijo a su enemigo…que no era la criatura lobuna que se abalanzaba sobre ella para asestarle el golpe definitivo.
-Odio oírte reír, puta lunática…-musita la noxiana con un tono amenazante y resignado, sabiendo que iba a morir, al menos se llevaría a un enemigo por delante.
Su espada se separa de su mano al mismo tiempo que su cabeza es engullida por las fauces de cánido y el filo vuela y gira hasta una distraída Jinx que apenas siente el aire siendo cortado detrás de ella, se gira para evitarlo con una finta pero no es suficiente y el acero acaricia su abdomen desnudo, abriendo una profunda herida limpia a la altura de su ombligo.
La espada machada de sangre termina rebotando en las mesas y sillas desperdigadas en medio de toda aquella masacre y Vi se mantiene de pie como una estatua ante todo lo que acontece, incapaz de borrar la expresión de horror de su semblante. Jinx mira hacia abajo, sin entender a qué venía la cara de su hermana y no es hasta que descubre su herida que comprende lo que ocurre…en verdad apenas lo había sentido, pero la sangre abandonaba peligrosamente rápido su cuerpo y aunque lleva sus manos al lugar, apenas puede detener la hemorragia.
-¡POWDER!-Vi se llega hasta ella al tiempo que a la del pelo celeste se le doblan las rodillas y hubiera caído al suelo sino fuera porque la pelirrosa la sostuvo a tiempo, acunándola entre sus fuertes brazos, se quita la chaqueta y la aprieta fuerte sobre el vientre de su hermana, desesperada, viendo como el mundo se desmoronaba ante ella, primero Caitlyn, ahora su hermana…y ella incapaz de hacer nada.
En sus llantos desesperados y agónicos, suplicaba a la delgada que no cerrase los ojos, le prometía que lo iba a arreglar…no se daba cuenta de que la criatura peluda se levantaba sobre su presa ya muerta y se dirigía a dos patas hacia la pareja de hermanas, caminando en forma bípeda, de sus fauces goteaba sangre noxiana y saliva a partes iguales, sus pasos pesados acompañados del rascar de sus garras contra madera eran un vaticinio de muerte.
Vi alza la vista cuando la sombra del ser la cubre y sabe que no puede huir, no con Powder en ese estado y no va a dejarla sola. No otra vez.
PUM.
Se oye un potentísimo disparo desde la parte trasera del local, la criatura es abatida con un limpio disparo cruzándole el pecho en el lugar donde debía haber tenido el corazón.
La zaunita se gira y comprueba de dónde ha venido el disparo. El rifle de Caitlyn humeaba levemente apoyado el inmenso cañón en el respaldo de una silla y ella se las había arreglado para apuntar con una sola mano y una pierna apoyándose en el asiento de la misma.
No había sido el mejor disparo de su vida, pero, una vez más, era en el mejor momento. Aunque dudaba de que pudiera repetirlo pues cargar una bala le resultaría imposible en su estado. Pero lo que sí podía era darle una sonrisa confiada a la pelirrosa, llena de seguridad, aunque cansada y dolorida. Caitlyn no podía permitirse robarle la atención a Vi por ella…no con lo que acababa de pasar. Por mucho que odiara a esa chica del pelo celeste…era toda la familia que Vi tenía.
-Pr…protege a la familia…-gruñe muy bajito una voz tan familiar que hiela la sangre de la zaunita cuando ésta se gira y ve que procede de la criatura tirada en el suelo, que gemía como un animal herido, resoplando con dificultad, observaba con esos ojos rojos, menos encendidos y más…cálidos. Vi tragó saliva y, desde su posición de rodillas alarga una mano ensangrentada hacia una de las zarpas del ser…apunto de tocar ese pelaje gris.
Pero no pudo hacerlo, el lobo se levantó entre sonidos gurutales y gruñidos de dolor y abandonó La Última Gota sin mirar atrás, corriendo con sus cuatro patas, algo más torpe por la severa herida que le había causado la Kiraman, pero con gran agilidad, prueba fehaciente de su gran resistencia comparado con un ser de vida natural.
Sin palabras por lo que acababa de suceder, Vi no tuvo tiempo de preguntarse nada pues un débil gemido, casi un estertor proveniente de Jinx llamó su atención y la pelirrosa afianzó su presión en la herida. Caitlyn deja caer con un estrépito la culata del rifle y lo usa como bastón para acercarse a las hermanas, notando como los ojos le arden también por las lágrimas que quieren aflorar. Posa su mano sana en el hombro de Vi sin saber qué decir.
-Vi…
-Sigue viva.-responde con un tono algo seco, apretando los dientes, toma la mano de Cait manchándola de sangre.- Tiene que…tiene que vivir. Ella no…no puede. Tiene que haber una manera de arreglarlo.
Caitlyn no puede sostenerse más y se deja caer de manera controlada sintiendo gran dolor, termina en el suelo junto a las otras dos.
-La hay. Hay una…una boticaria…en la Señal. Ella te salvó.- le revela la Kiraman apretando los dientes para contener el dolor.
Vi se recoloca sin dejar de hacer presión sobre el abdomen de Jinx para girarse cuanto puede hacia la vigilante y observa el estado de la chica; su mano izquierda así como su rodilla estaban totalmente deformadas, apreciándose incluso por debajo del pantalón debido a la sangre y la forma extraña que había tomado la articulación.
-Cait tu…-baja la mano para acariciar la mejilla de la de Piltover. Vi había visto heridas así…ni en Piltover ni en Zaun ese daño tenía arreglo totalmente. Probablemente Caitñyn nunca podría volver a sostener un arma larga. Ni a caminar sin bastón…había quedado mutilada de por vida. Eso…eso si sobrevivía.
-No es nada.- miente la otra, tomando la mano de la pelirrosa y dándole una sonrisa…que se fue apagando a medida que la mente se le iba, fruto del dolor y la pérdida de sangre.
-Pastelillo…pastelillo…no no, quédate conmigo…-la llama, logrando la atención de la chica un poco más.
-Estoy…estoy contigo siempre, Vi…
-Violet.-dice la del pelorrosa de pronto, provocando que Caitlyn alzara la mirada llena de incomprensión.- Es mi nombre. Violet.- confirma mordiéndose el labio inferior para hogar el llanto.
-Es precioso, Violet- dijo con la cadencia de un susurro íntimo, un secreto que sólo conocían las tres personas que aún respiraban en aquella taberna.
En ese momento un sonido de alguien que entraba pisando los cristales rotos esparcidos por el suelo llamó la atención de la pelirrosa que ya se preparaba para lanzar cualquier objeto que tuviera a mano para defenderse de una nueva amenaza. Caitlyn también giró la cara pero muy despacio, sintiendo que se perdía al hacerlo.
–Ekko…-musita con un hilo de voz la vigilante al reconocer la cabellera blanca traspasar el umbral de lo que quedaba del ventanal.
Vi sigue con su mirada al Canijo aún sin saber sus intenciones, se muestra casi desconfiada, la última vez que le vio se enfrentaba a muerte contra su hermana…y ahora los dos estaban aquí.
Ekko barre con la mirada el lugar y a los que quedan, los vivos y los muertos, negando con la cabeza, rodea a las chicas dándole un asentimiento a Vi y a la vigilante en señal de que podían confiar.
-Todos en Zaun temen que esto haya sido una intervención de los de arriba, nadie se atrevía a acercarse.- responde a una pregunta que nadie ha hecho.
-¿Y tú porqué estás aquí?-devuelve Vi, sin dejar de mirar de hito en hito a la calle y a su hermana, temiendo que aparezca el resto de los Fireligths para vengarse de Powder.
-He venido por ella.- responde claro con un tono tan seco que no se podía saber si era una amenaza o una ayuda. Sin embargo antes de que pudiera responder más preguntas, se arrodilla en el suelo y sus manos sustituyen a las de Vi en la chaqueta que hacía por taponar la hemorragia del abdomen de Jinx, para sorpresa de las otras dos.-Tienes que irte, no tiene mucho tiempo.-apunta con dureza mirando fijo a Vi y sus ojos luego se desvían a Caitlyn- Y ella tampoco…-añade tras ver sus heridas y cómo apenas puede mantenerse consciente.
La pelirrosa tarda un segundo más en decidirse. Estaba segura de que podía dejar a Cait con Ekko, ya había demostrado que no le haría daño pero…¿y Powder? Vi pasa la mirada entre uno y el otro como intentando comprender qué se le escapaba ahora. Y entonces lo entendió y abrió mucho los ojos, notando el nudo en su estómago.
-Tú…¿incluso ahora?-pregunta Vi tragando saliva, buscando la mirada del chico, la cuál éste no esquivó antes de responder.
-Creo que…tenías razón. Ella sigue ahí…de alguna manera. No lo sé. Pero…ya hemos perdido a demasiados a en esta guerra. No quiero perder a nadie más.- asegura en un susurro cargado de seriedad.- Venga vete ya.- la apremia con el ceño fruncido, y Vi se levanta como un resorte, busca por la sala hasta dar con el vaso roto que Jinx bebía justo antes del ataque.
Por suerte la parte baja no se había quebrado y en el fondo del vidrio, parcialmente hundidas en el resto del refresco, se veían las dos gemas hextech. Con resolución, Vi las tomó para guardarlas a buen recaudo en uno de sus bolsillos y volvió para despedirse de Caitlyn, cuya respiración se había vuelto débil y temblorosa, para su desgracia seguía parcialmente consciente
-Aguanta pastelillo…aguanta, volveré enseguida. -le promete besándola en los labios, llevándose con ella el sabor metálico de la sangre en sus labios. Luego pasa la mano por el rostro de Jinx y niega con la cabeza.
-No perderemos a nadie más. Te lo prometo, Ekko.- y dicho esto se apresuró a irse.